CEC*
Ubicada en medio de la selva de montaña y aparecida como por sorpresa, su materialidad de hormigón, piedra y chapa negra se opone al entorno con convicción, mientras su arquitectura aprovecha la pendiente utilizándola a su favor para crear los espacios solicitados. Lo construido se articula en dos niveles: en la parte alta está el sector principal, con un carácter más privado e introvertido donde tienen lugar las actividades más cotidianas; en la parte inferior, y más permeable al exterior, se desarrolla el área social. En el medio de todo eso la naturaleza sigue existiendo, con los árboles que se levantan entre las vigas, la losa verde que esconde los vehículos y el paisajismo que hace que la casa se nuevamente de la selva y la montaña. Casa El Corte es una declaración permanente de contraste e integración